Hasta que llegaron la sinrazón y los sinvergüenzas
En el artículo de El Confidencial este trozo marca lo que tendría que ser lo importante en cualquier manual de ética de trabajo y más en la banca
Y siempre con una frase presente en mi cabeza que jamás olvidé y que formaba parte de la colección de consejos de mi padre: “Recuerda siempre que el sueldo no te lo paga el banco, son los clientes quienes lo hacen”. Y eso era lo importante: el cliente.
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