
Un deseo para el año que viene: Agua, sol y paz en Sebastopol.
La Navidad no es comprar muchas cosas o una serie de comidas copiosas y fiestas encadenadas. O no debería serlo.
Si hay agua y sol, la naturaleza y el campo va a darnos comida, y belleza. Si hay paz en Sebastopol, la guerra en Crimea y en Ucrania debería dar paso a la paz y la reconstrucción. Al tiempo que las espadas se tornen arados.
Y esa paz venía anunciada por los ángeles «Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor» Y recordemos siempre: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó […]. Él nos amó primero» (1 Jn 4,10.19), nos ha buscado. No olvidemos esto.
Este es el motivo de nuestra alegría: hemos sido amados, hemos sido buscados, el Señor nos busca para encontrarnos, para amarnos más.
Este es el motivo de la alegría: saber que hemos sido amados sin ningún mérito, siempre somos precedidos por Dios en el amor, un amor tan concreto que se ha hecho carne y vino a habitar en medio de nosotros, en ese Niño que vemos en el pesebre. Este amor tiene un nombre y un rostro: Jesús es el nombre y el rostro del amor que está en el fundamento de nuestra alegría.Y quisiera que ―sí habrá felicitaciones, las reuniones de familia, esto es muy bonito, siempre― pero que haya también la conciencia de que Dios viene “por mí”. Cada uno diga esto: Dios viene por mí.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2021/documents/papa-francesco_20211222_udienza-generale.html
Él es el Eterno Niño, el Dios que faltaba. Él es tan humano que es natural, Él es lo divino que ríe y juega. Es un niño tan humano que es divino Autor: Fernando Pessoa
Para todos vosotros Paz Y Bien para unas felices fiestas de Navidad y lo mejor para el año que viene.
Atentamente,
Ignacio Beltrán