En Navidad se celebra el Nacimiento de Jesús.
Seguro que las luces, los gorros, los cagatios, los santas, los renos servirán para crear ese ambiente en las calles, en las casa pero este año no me aportan nada a celebrar la Navidad bien.

Durante estos días, cercanos a las fiestas navideñas, podemos correr el riesgo de descuidar lo esencial, distraídos por las numerosas ofertas del consumismo y el bienestar mundano. En este contexto, los personajes del belén nos muestran cómo celebrar verdaderamente la Navidad: con sobriedad y alegría evangélica. Contemplemos el pesebre, y eso, hagámoslo en familia, en comunidad, esto nos ayuda a centrarnos en lo más importante de nuestra vida: la relación con Dios, con los demás y con la creación; y así, cultivemos en nuestros ambientes un clima de armonía, de gozo y de paz.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2023/documents/20231220-udienza-generale.html
Se acrecienta cada día el ruido de bombas, el dolor de la muerte de inocentes, en mas países. Desde Sebastopol hasta Jartúm. Desde el Mar Rojo hasta Tombuctú. Y otra vez en Tierra Santa.
Es nuestro deber llevar la paz a nuestro alrededor. Cosa complicada. Porque también tenemos que tenarla en nuestro interior.
“Siendo niños éramos agradecidos con los que nos llenaban los calcetines por Navidad. ¿Por qué no agradecíamos a Dios que llenara nuestros calcetines con nuestros pies?”
Gilbert Keith Chesterton
Para todos vosotros Paz Y Bien para unas felices fiestas de Navidad y lo mejor para el año que viene.
Atentamente,
Ignacio Beltrán
